viernes, 22 de mayo de 2015

SIRIA: LA ENCRUCIJADA DE PALMIRA

La actualidad de la geopolítica aplicada al patrimonio no puede ser más candente. Tras la ocupación de Palmira por el EI todas las alarmas han saltado como hemos venido dado cuenta en los últimos días. Las sinrazones de la destrucción de todo lo que precede al Islam son, eso, irracionales: causar el dolor, el rechazo, la contra-propaganda contra el discurso de la modernidad que significa la protección del patrimonio cultural, eso sí a un nivel menor de los degollamientos colectivos retransmitidos en vídeos distribuidos por los yijadistas

Razones más racionales pueden ser de orden crematístico, como dimos cuenta en su momento en Antigüedades y opio, la financiación del terrorismo internacional. No hay que olvidar que aunque hay destrucciones masivas puramente propagandísticas, la mayoría de los bienes culturales que son objeto de expolio y venta, financian la guerra con la complicidad de los ejércitos regulares y del mercado internacional de antigüedades. Al mismo nivel que durante la segunda guerra mundial, la crítica al arte moderno del régimen nazi provocó muchas menos destrucciones que apropiaciones de ese arte degenerado.

En este programa de France Culture, del que hemos traducido el texto, se analizan en profundidad las causas militares, simbólicas, culturales y económicas que hacen de Palmira una encrucijada de importancia mayor para el EI y para el ejército regular sirio.

Dudamos seriamente de la última afirmación del reportaje porque lo que precisamente hace fuerte al EI es el control de la producción de crudo y las ventas a numerosos compradores mundiales del petróleo procedente de esta región y de su explotación por parte del EI.
 

France Culture, 21 de mayo de 2015

Los combates del Estado Islámico (EI) han tomado el control toral de la ciudad siria de Palmira a 215 km al noroeste de Damasco. En este lugar se encuentra una ciudad antigua, convirtiéndose en un reto estratégico y simbólico para los yijadistas del EI.

Desafío militar

Tomando la ciudad de Palmira, en el centro del país, el Estado islámico ocupa una vasta zona a caballo entre Siria e Irak. Del lado sirio, el EI controla el 50% del territorio según el Observatorio Sirio de los derechos del Hombre (OSDH). Es decir, la mitad este del país, limítrofe con Irak. Más alla de la frontera irakí, se encuentra la vasta región desértica de al-Anbar, ocupada también mayoritariamente, por los combatientes del EI, especialmente después de la toma de Ramadi.

En Siria ya no quedan ciudades importantes entre Palmira y el suroeste, y, por tanto, sin obstáulos para el EI hasta llegar a Damasco. Hacia el oeste, la ciudad de Homs, donde los rebeldes sirios (no pertenecientes al EI) combaten el ejército sirio de Bachar al-Assad, se encuentra a tan solo 150 km.

La ofensiva de los yijadistas comenzó el 13 de mayo. Los combatientes del EI retrocedieron inicialmente fuera de la ciudad el 16 de mayo. Antes de acabar tomando el control de la misma el 20 de mayo. Según la OSDH la batalla ha supuesto no menos de 462 muertos, de los cuales 241 militares regulares, 150 yijadistas y 71 civiles, ejecutados en su mayor parte por el EI.

La retirada del ejército sirio ha dejado en manos del EI el aeropuerto militar, los cuarteles y los depósitos de armas y municiones.

Relato de Omar Ouahmane, corresponsal de France Culture en Beyrut (en francés)



Análisis geopolítico de Huber Védrine (ministro de Asuntos Exteriores con Lionel Jospin entre 1997-2002) (en francés)



Video de France Culture, con Gilles Kepel, politologo y especialista del Islam y del mundo árabe y Claude Guibal, jefe del servicio del servicio internacional de France Culture (en francés)



Desafío simbólico

Los combatientes del EI han tomado también la prisión de Palmira, símbolo de la represión de los opositores, especialmente islamistas, a Bachar al-Assad y, antes que él, su padre, Hafez al-Assad. En 1980, tras un golpe de estado fallido, hizo ejecutar un millar de prisioneros de este centro penitenciario en una sola noche .

La prisión fue reabierta en 2012 como centro de reclusión de los opositores del levantamiento de la primavera árabe de 2011. Previamente a los combates de los últimos días los militares sirios vaciaron y trasladaron a los prisioneros.

Análisis de Claude Guibal



Desafío cultural

Palmira es conocida mundialmente por su yacimiento antiguo único, inscrito en la lista del Patrimonio Mundial de la Unesco. La toma de la ciudad inquieta a historiadores y responsables de la UNESCO por las precedentes destrucciones de los yacimientos de Hatra y de Nimrud en Irak.

Journal de la Culture: "La ciudad antigua de Palmira es atacada por el Estad Islámico en Siria"



Plano de la ciudad antigua de Palmira
En realidad, el yacimiento ha conocido diferentes destrucciones desde 2012 cuando se instalaron las tropas de Bachar al-Assad. Se trata de "destrucciones masivas" según Cheikhmous Ali doctor en arqueología del Próximo Oriente antiguo y presidente de la asociación para la protección de la arqueología siria.

"El ejército sirio ha excavado túneles, abierto carreteras en medio de la zona arqueológica, instalado armamento pesado, carros y camiones. Entre las ruinas se han instalado igualmente francotiradores".

"La excavación de túneles o la realización de caminos por medio de las ruinas hacen perder información arqueológica sin duda para siempre."

Reportaje de Mariam El Kurdi



Reto económico

Controlando Palmira y la región, el EI se ha apoderado de los yacimientos de gas de al-Hél, a 40 km de la ciudad y segundo yacimiento energético más importante de Siria tras el de Chaer controlado por el régimen, en la provincia de Homs.

Los yijadistas controlan también los campos de Arak a 25 km al noreste de Palmira. Hasta ahora estos dos yacimientos permitían alimentar en energía eléctrica las regiones bajo control de las tropas regulares sirias.

Está todavía por saber en qué medida el EI será capaz de explotar estos yacimientos de gas y sacar provecho de ellos.

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