miércoles, 31 de octubre de 2012

PREMIO A LAS CIENCIAS HUMANAS Y SOCIALES A MARTHA NUSSBAUM

Algún día habrá que reflexionar sobre la razón de que los premios institucionales como los Nobel o Príncipe de Asturias apoyen más bien discursos, investigaciones o trayectorias "progresistas" cuando el resto de la sociedad va por otros derroteros. Entretanto, felicitémonos por la oportunidad que dan a Martha C. Nussbaum de decir lo que piensa en tan altos foros de opinión. 


"(...) Señoras y Señores:

Me siento conmovida y humildemente honrada por esta distinción, que fue toda una sorpresa para mí. Les debo a todos ustedes, y a toda la gente de Asturias, mi más afectuosa gratitud por este reconocimiento. Hay algo verdaderamente sorprendente en este Premio, y a ello quiero dedicar mi breve discurso. Lo sorprendente es que estoy recibiendo el Premio de Ciencias Sociales y, sin embargo, yo provengo de las Humanidades, soy una filósofa que ha trabajado no solo en la filosofía política, sino también en la naturaleza de las emociones y de la imaginación y en el problema de la interdependencia y vulnerabilidad humanas, a menudo recurriendo a obras literarias y musicales para dilucidar estas cuestiones. No obstante, no creo que sea erróneo clasificar mis contribuciones dentro de las Ciencias Sociales.

Lo que he hecho a lo largo de los años es desarrollar (en colaboración con economistas) lo que se conoce como el enfoque del desarrollo humano, o el enfoque de las capacidades. Se trata de un enfoque que sostiene que el crecimiento económico, medido por el PIB per cápita, no es suficiente para evaluar la calidad de vida nacional ya que realmente no capta qué es lo que la gente está luchando por conseguir. El enfoque del PIB hace caso omiso a la distribución, por lo que puede dar una alta calificación a naciones que guardan alarmantes desigualdades de oportunidades. E ignora además el hecho de que una vida humana próspera tiene muchas partes que varían unas de otras independientemente, e independientemente, también, del crecimiento económico regional o nacional. Una nación puede tener un alto crecimiento sin libertad política o religiosa; pero la gente desea tener una voz sobre su vida política y moral. Una nación también puede crecer bien sin una distribución adecuada de las oportunidades de educación, de asistencia sanitaria o de la preservación básica de la integridad corporal como muestra con tanta claridad mi próspero país, con sus luchas sobre la educación y la asistencia sanitaria y su historial lamentable de violencia de género. Lo que nosotros hemos estado defendiendo, entonces, es que la medida correcta de desarrollo se focaliza en las personas, es sensible a la distribución, y es plural; refleja el hecho de que la gente no lucha por la renta nacional, lucha por una vida con sentido para ellos mismos. Al desarrollar una lista de las capacidades humanas centrales, que afirmo son los requisitos mínimos de una vida conforme a la dignidad humana, he tratado de dar cuerpo a estas ideas y de sugerir algunas metas concretas para todas las naciones.

Creo que este trabajo es sin duda una contribución a las Ciencias Sociales y a la economía del desarrollo, en particular. Con frecuencia la economía se centra de forma restringida en el crecimiento; pero en el fondo se trata de una disciplina normativa enfocada en las personas, y precisa lo que tenía en sus inicios, el input de la filosofía, para articular los objetivos de una buena sociedad que sea sensible a las personas.

La importancia que tiene la filosofía para la economía sugiere algo más, lo que constituye otro tema de mi trabajo: necesitamos una educación bien fundada en las humanidades para realizar el potencial de las sociedades que luchan por la justicia. Las humanidades nos proporcionan no solo conocimientos sobre nosotros mismos y sobre los demás, sino que nos hacen reflexionar sobre la vulnerabilidad humana y la aspiración de todo individuo a la justicia, y nos evitarían utilizar pasivamente un concepto técnico, no relacionado con la persona, para definir cuales son los objetivos de una determinada sociedad. No me parece demasiado atrevido afirmar que el florecimiento humano requiere el florecimiento de las disciplinas de humanidades. Por lo tanto, agradezco que la Fundación Príncipe de Asturias haya reconocido a las humanidades como una parte importante del pensamiento social para el futuro.

Recogemos igualmente, lo que se decía en el blog Lo que sé de mis libros, sobre el libro Sin fines de lucro. Por qué la democracia necesita de las humanidades, Katz editores, serie discusiones, 2010.

El libro de esta filósofa americana me llega en un buen momento: justo a final de curso, en mitad de cambios en el sistema educativo y con las pilas algo descargadas. Y es un buen momento porque con la guardia baja se hace más necesario que nunca escuchar palabras de consuelo y de esperanza, dichas con el convencimiento de la reflexión y el sentido común, que merezcan ser leídas (aunque no sé si escuchadas por nuestras autoridades) para remedio de nuestros males y alivio de las almas. Les dejo con un par de extractos del libro para que le vayan dando vueltas y se animen a leer más:

“(…) la educación no consiste en la asimilación pasiva de datos y contenidos culturales, sino en el planteamiento de desafíos para que el intelecto se torne activo y competente, dotado de pensamiento crítico para un mundo complejo. Este modelo de educación llegó con el objetivo de reemplazar un sistema anterior en el que los niños y las niñas pasaban el día sentados en sus pupitres absorbiendo el material que se les presentaba para luego regurgitarlo. La idea del aprendizaje activo suele implicar un compromiso firme con el pensamiento crítico, que se remonta a la época de Sócrates.”

Y también:

“(…) mientras el niño va adquiriendo madurez física, debe enseñarle a valerse por sus propios medios, a no necesitar que lo atiendan todo el tiempo. En la medida en que sea competente para funcionar en el mundo, tendrá menos necesidad de apelar a las otras personas como lo haría un recién nacido y podrá verlas como seres con proyectos propios, que no están siempre a su entera disposición. De acuerdo con Rousseau, la mayor parte de las escuelas fomentan la pasividad y la impotencia al presentar el aprendizaje de manera puramente abstracta, sin conexión con sus usos prácticos. El maestro concebido por este autor, en cambio, le enseñará a Emilio a negociar con su entorno, para que sea un participante activo en él.”

miércoles, 24 de octubre de 2012

ARQUEOLOGIA PREVENTIVA Y LAS BARBAS DE LOS SISMÓLOGOS

Termografía de un muro de Pompeya
Nos ha llamado la atención esta información aparecida en la web del senado francés sobre una pregunta dirigida a la ministra de Cultura sobre el uso de la termografía aplicada a la arqueología y que esconde, a nuestro entender, una buena cantidad de prejuicios y desconocimientos en torno a la arqueología y a la arqueología preventiva en particular. Véase, como contraste, la prudencia que muestran los técnicos de la Universidad de Alicante sobre esta técnica.

Presentamos la traducción de la pregunta por escrito realizada por un senador de Union centrista y republicana, partido centrista que no sucumbió a la fagocitosis de la UMP, partido de centro-derecha del ex-presidente Sarkozy.

El uso de la termografía en el diagnóstico arqueológico

"14ª Legislatura. Pregunta por escrito N º 02554 del senador Hervé Maurey (Eure - UCR) publicado en el diario del senado el 18/10/2012.
Hervé Maurey reclama la atención del Ministro de la Cultura y la Comunicación sobre el uso de la termografía en el diagnóstico arqueológico. A pesar de numerosos cambios legislativos, especialmente con ocasión de la ley n° 2009-179 de 17 de febrero de 2009 para agilizar los programas de construcción y de inversión pública y privada, las normas relativas a la arqueología, siguen teniendo un gran peso en la programación y el presupuesto de los proyectos apoyados por la comunidad.
Las operaciones de excavación dan lugar a retrasos en las infraestructuras  y a altos  costos impuestos por el Estado a la comunidad.
Sin embargo, desde la década de 1970 se ha desarrollado y perfeccionado un método que permite una prospección térmica sin incurrir en grandes operaciones de excavación para detectar la presencia de restos arqueológicos. Esta tecnología se basa en el uso de una cámara térmica que sobrevuela el área de estudio y la medición de las propiedades térmicas de los materiales en el subsuelo.
También, sin duda la necesidad de preservar el patrimonio, se le preguntó sobre la posibilidad de desarrollar esta tecnología para facilitar las operaciones de excavación y reducir los costes.
En espera de respuesta por parte del Ministerio de Cultura y Comunicación".

La inmensa mayoría de los retrasos en la ejecución de los trabajos públicos o privados no son imputables a la arqueología preventiva, como bien saben los arqueólogos de terreno. ¿Cuántas veces no han acabado los trabajos y las obras ni siquieran comienzan? Se trata en todo caso de hacer caer sobre la arqueología la responsabilidad del retraso y de los costes.

Al mismo tiempo se pretende la quimera de ver sin excavar, la inocente utopía de que se podrían acelerar los disgnósticos o, incluso "sin incurrir en grandes operaciones de excavación" cuando es sabido que la identificación de los restos no representa la mayor parte del tiempo que se dedica a la documentación de los mismos.

Puestos a eso, ¿por qué no propone el señor senador que sea abrogada la ley de arqueología preventiva? Sin ley, ningún gasto ocasionado por el patrimonio de todos, por que todos hemos querido que se conserve, lo que se ha traducido en disposiciones legislativas con la finalidad de protegerlo.

Por último, hay que destacar la confianza en el "gadget" tecnológico caro que podría privar, en definitiva, de... pagar el salario de los arqueólogos y de sus trabajos de investigación, cual bálsamo de fierabrás, que terminaría con todos los gastos relacionados con el patrimonio arqueológico. 

Esta enfermedad es vieja, pero hace tiempo que no se sostiene. Algunos creyeron posible algo así y el tiempo ha demostrado que en absoluto. Reproducimos parcialmente un texto en el que denunciamos recientemente este pecado de juventud de la arqueología y su tortuosa relación con los SIG que constituye la introducción al libro  Henri Galinié,  Ciudad, espacio urbano y arqueología. La fábrica urbana, Servicio de Publicaciones de la Universidad de Valencia, 2012. Edición e introducción a cargo de Ricardo González Villaescusa (páginas 15-16).

"Tan mesiánicos nos convertimos que osamos ser profetas. Nuestro tercer y último pecado es el de la profecía. A finales de los 80 y principios de los 90, coincidiendo con el final de lo que podríamos denominar la época dorada de la arqueología urbana, la pretensión de compaginar el desarrollo económico y social con el descubrimiento y puesta en valor del patrimonio exigió de los arqueólogos la capacidad de responder a una pregunta que es, a todas luces, imposible contestar: ¿qué hay en el subsuelo antes de excavar? Consecuencia de otra pregunta más prosaica ¿Cuánto va a costar (en tiempo, en dinero) liberar al suelo de esa carga? Ante la presión y la lógica, por necesaria, autojustificación pragmática de nuestra actividad, confundimos dos niveles diferentes de respuesta. Un nivel, fruto de la investigación fundamental, que nos permite modelizar, restituir la realidad fragmentaria, proponer modelos explicativos de la fábrica urbana que nos permite comprender la ciudad del pasado. Y otro, de la investigación aplicada, de ayuda a la gestión de la ciudad actual a través de la compilación de las diferentes fuentes que conciernen a la misma y cuyo tratamiento sistemático ahorraría sorpresas innecesarias en la gestión cotidiana de nuestra acción social contemporánea sobre el espacio urbano. Era el filón necesario para los arqueólogos, surgidos de las carreras de letras, inútiles en términos de una orientación a la resolución de problemas sociales inmediatos con aplicación tecnológica y de rápidos réditos económicos, para encontrar empleo, la grave consecuencia de la democratización y acceso a la formación de las clases medias en la segunda mitad del siglo XX. Lo que con toda seguridad es incierto es que podamos prever y erradicar los problemas derivados de una sensibilización social, la documentación, puesta en valor y protección del patrimonio, convertida en una ley de obligado cumplimiento por una decisión política de nuestra sociedad.

Nos olvidamos de que esa misma decisión colectiva de nuestra sociedad ha diseccionado con precisión quirúrgica los fines de los medios, otorgando carta de naturaleza a la posición en la que muchos arqueólogos se encontraban a gusto. En España, privatizando el mercado de la intervención científica en el suelo hasta el punto en que la administración se diluye sin demandar mayor explicación sobre los resultados observados. En Francia con la modificación de la ley de arqueología preventiva de 2001 que despojó, escrito negro sobre blanco, el carácter de actividad científica a la arqueología preventiva, permitiendo a su vez, la entrada del sector privado en clara concurrencia con el INRAP*. La disparidad de modelos de gestión no es el problema de fondo porque los resultados no son tan diferentes, el problema principal (común a ambos modelos) radica en la separación entre las problemáticas científicas y las políticas patrimoniales, entre explicaciones y métodos, entre ciencia y técnica."
La aducida responsabilidad de la arqueología que, en definitiva, no es otra que la de los arqueólogos. Las barbas de los sismólogos ya las hemos visto afeitar, ¡y de qué manera! Nadie condena al estado italiano por permitir la construcción en zonas sísmicas y de mala calidad frente a los riesgos sísmicos históricos, sin embargo siete expertos han sido condenados por despreciar el riesgo de terremoto en L’Aquila, bien diferente a la impunidad de bancos y Agencias de calificación que son, por el contrario, recompensados. 

A este paso seremos responsables de ser los aguafiestas de pasados gloriosos y cualquier día nos culparán a los arqueólogos por el pasado de la humanidad, que es bien poco romántico.

lunes, 22 de octubre de 2012

VEINTE AÑOS DE LA CONVENCIÓN DE MALTA

"Veinte años después de Malta: la arqueología preventiva en Europa e Italia" un encuentro internacional en el que se hizo balance europeo de la aplicación de la convención que daba marco legal a la financiación de la arqueología preventiva en los diferentes países que la ratificaron. El INRAP, la Escuela Francesa de Roma y el Istituto per i beni artistici culturali e naturali Regione Emilia-Romagna (IBC) organizaron el pasado viernes un encuentro en torno a las transformaciones vividas en las prácticas arqueológicas, el patrimonio y en la profesión, así como el impacto de la crisis en la misma.

« Vingt ans après Malte : l’archéologie préventive en Europe et en Italie » : rencontre internationale à l’École française de Rome L’Istituto per i beni artistici culturali e naturali Regione Emilia-Romagna (IBC) et l’Institut national de recherches archéologiques préventives (Inrap) organisent, vendredi 19 octobre 2012, une rencontre sur l’archéologie préventive en Europe, avec le concours de l’École française de Rome, sous le patronage de l’Unesco. 

Organisée dans le cadre du projet « Archéologie dans l’Europe contemporaine » (ACE), financé par le programme Culture 2007-2013 de la Commission européenne, cette rencontre permettra de comparer les différentes situations de l’archéologie en Europe. Depuis la convention de Malte en 1992, l’archéologie préventive a acquis une place majeure en Europe et elle a profondément modifié méthodes et pratiques de la recherche. 

L’essor de cette nouvelle discipline a permis une meilleure prise en compte de la protection du patrimoine archéologique et des enjeux scientifiques dans les législations européennes. Aujourd’hui, la récession économique et les grands travaux d’infrastructure des différents plans de relance ont un fort impact sur le patrimoine et sur la profession d’archéologue. 

Dans ce contexte, la rencontre « Vingt ans après Malte : l’archéologie préventive en Europe et en Italie » portera sur l’efficacité des différents systèmes européens de protection du patrimoine archéologique, sur le développement de la recherche, sur l’évolution du rôle des archéologues professionnels et sur l’impact de la crise. 

Participantes: Remo Bitelli (IBC), Stéphane Bourdin (École française de Rome), Véronique Dauge (Unesco), Pascal Depaepe (Inrap), Monique H. van den Dries (Faculté d’archéologie, université de Leyde), Maria Pia Guermandi (IBC), Paolo Gull (Association nationale d’archéologie, Italie), Luigi Malnati (ministère des Biens et des Activités culturelles), Elisa Nicoud (École française de Rome), Romina Pirraglia (IBC), Andreina Ricci (Université de Rome), Kai Salas Rossenbach (Inrap), Andrea Santangelo (IBC), Harald Stäuble (Administration en charge du patrimoine archéologique de Saxe), Roger Thomas (English Heritage), Tor Vergata (École française de Rome), Catherine Virlouvet (École française de Rome). Rome

viernes, 12 de octubre de 2012

LA ARQUEOLOGÍA FRANCESA DE LUTO

J.-L Fiches en la comida de su jubilación el pasado 15/6
Todo el día de hoy dando vueltas a cómo dar cuenta de la muerte de Jean-Luc Fiches del CNRS y la respuesta la ha dado el mensaje enviado desde Estados Unidos por el profesor, colega y amigo Sander Van Der Leeuw, Catedrático en la School of Human Evolution and Social Change, College of Liberal Arts and Sciences de la Arizona State University. Traducimos su escueta pero emotiva y justa nota.


"La repentina muerte de Jean-Luc Fiches me hunde en una gran tristeza y me enfrenta a la viva realidad de nuestra generación.

Jean-Luc fue para mi un amigo, una fuente de inspiración y un ejemplo (de tamaño sobrenatural) de cómo dirigir a hombres y mujeres. Siempre a la búsqueda de nuevas ideas y enfoques en arqueología como en historia y tantas otras disciplinas. Tenía la capacidad (rara) de integrarlas, mezclarlas de manera constructiva y de extraer una concepción viva y vivida del mundo antiguo. Tenía una visión estratégica, abierta, sólida y de largo plazo, al mismo tiempo que atenta a los detalles de los proyectos en los que tuvimos la suerte de trabajar codo con codo y con tantos otros de vosotros.

Para la arqueología francesa, Jean-Luc fue uno de los "Grandes Hombres" de nuestra generación, tanto al nivel de nuestra ciencia como en lo que respecta a su organización y a su política. Durante el periodo en el que pude trabajar con él, en el marco de los proyectos de Fréjus-Argens y de ARCHAEOMEDES, aportó todo lo que tenía en energía y en conocimiento al desarrollo de nuestra disciplina en Francia, tomando posiciones claras y bien fundadas, aun a riesgo de que no gustaran a todos.

Su repentina ausencia nos deja solos aunque confortados sabiendo que continuará existiendo en nuestras memorias y en la huella que ha dejado en cada uno de nosotros de una u otra manera".

martes, 9 de octubre de 2012

HOBSBAWN, VALENCIA Y LAS ESTRELLAS

J. R. S., Levante-EMV, 7 de octubre de 2012

Que el historiador Eric Hobsbawm, fallecido esta misma semana a los 95 años, quedará como uno de los más influyentes historiadores del siglo XX es más que una realidad y al mismo tiempo una obviedad. Sólo había que ver el respeto que sobrevolaba por el salón de actos durante su segunda visita a Valencia y la forma en la que el auditorio siguió su serena y lucida intervención. En aquella ocasión —enero de 1997— había venido a hablar de nacionalismos, de clases sociales, de crisis ideológicas en un momento de desintegración de los Balcanes o mientras sonaban los últimos coletazos del fin de la Unión Soviética. Llegaba de la mano del Centro Tomás y Valiente de la UNED Valencia. Ya había visitado Valencia en 1978 para dar una lección inaugural del curso.

En esta segunda ocasión, además, la revista Historia Social —pionera en su género y que este año cumple tres décadas de existencia y edita el mismo centro bajo la supervisión de su director Javier Paniagua y José Antonio Piqueras— le había dedicado un monográfico, el número 25, que hoy es difícil encontrar. Ambos habían pasado unos meses antes unos días con él en su casa de Londres y habían conseguido arrancarle la más larga entrevista de su vida.

El historiador y su tiempo
Hobsbawm, tímido, discreto, silencioso y a veces de mirada perdida y no siempre gran hablador, había dirigido, junto a Josep Fontana, parte de la tesis de Paniagua sobre el anarquismo durante la II República y le abrió las puertas a ciertos documentos del British Museum. Desde entonces, cada año recibía por Navidad una caja de naranjas.

Unas horas después de haber aterrizado desde Londres con su segunda mujer, Marlene, aquella semana de finales de enero de 1997, Hobsbawm entraba en uno de los comedores privados del desaparecido restaurante La Pequeña Cocina con un gorro de lluvia, una bufanda y vestido con un chaleco de lana. Parecía el profesor despistado. Nada desvelaba su genialidad.

Cenó sesos y estuvo brillante. Tanto hablando de fútbol, como de jazz, una de sus grandes pasiones y género sobre el que ejerció la crítica con pseudónimo durante su estancia en París. 

Pero también habló mucho del mundo, de los cambios que se estaban produciendo, de la falta de compromiso del historiador con su tiempo y, como no, defendió la pervivencia del marxismo y reiteró su compromiso con él en un momento de decadencia ideológica. «El marxismo como proyecto en sí tiene validez, pero entendido como proyecto de modificación social, de equilibrio entre desigualdades. Lo importante —añadió— es cambiar el mundo y esa interpretación tiene vigencia». Durante la larga conversación —reproducida después en estas mismas páginas— Hobsbawm se mostró como un verdadero visionario de nuestra realidad actual.

«Creo que vivimos la época más interesante del siglo. Época de cambios económicos, sociales y culturales sin precedentes. Es el tiempo de una generación que ha visto cómo se ha transformado el carácter desde el Neolítico hasta los años 50. En los últimos 20 años ha bajado el número de agricultores, el primer escalón de la economía. Eso supone una revolución sin precedentes. Vivimos un tiempo en el que la sociología o la economía han apartado a la historia y donde se está confeccionando un nuevo tipo de economía mundial», apuntó.

El final de los nacionalismos
Hobsbawm reconocía que después de la desintegración de la URSS y la guerra de los Balcanes Europa necesitaba de un periodo de estabilidad, aunque admitía que los grandes problemas económicos iban a continuar, así como que el gran reto de nuestras sociedades era afrontar los problemas medioambientales imposibles de solucionar en los próximos cincuenta años, así como los generados por la desigualdades humanas o sociales.

«Ya se ha muerto el nacionalismo —añadía pensando en él como estado territorial congruente con grupos étnicos— aunque claro con la desintegración de la URSS se ha producido una tentativa que ya no tiene sentido en el mundo actual. Es posible volver a ellos por momentos a través de genocidios, masacres, expulsiones de masas... pero eso no puede ser una base permanente», añadía.

La Europa del futuro
Con el euro todavía ausente como moneda común y por tanto la economía europea sin funcionar a toda máquina, Hobsbawm tenía claro que Europa tendría problemas de integración. «La expansión de la UE tendrá problemas grandes», afirmaba para completar su dibujo añadiendo que había existido una tensión creciente entre la idea original de Europa, que ha sido la creación de un superestado, y los propios intereses de los mismos estados.

«Con el fin de la Guerra Fría —añadía— Europa ha entrado en el área de la política y al entrar en ella se ha visto en casi todos los países que hay una diferencia tanto entre las élites económicas como en las políticas o en la opinión pública. Hoy en día es muy difícil en la UE, incluida Alemania, encontrar un consenso sobre lo que será el futuro europeo. Habrá problemas de integración. Por eso la perspectiva es mayor entre una Europa restringida».

Años después y a raiz de la situación económica actual Paniagua, discípulo del historiador y profesor de Historia Social de la UNED, contestaba en una entrevista a este diario sobre el fin de las ideologías qué pensaría el intelectual sobre nuestra situación económica actual y el futuro económico de España. Sólo respondió que diría que el futuro «es imprevisible y la Historia no está escrita en las estrellas».

Ayer mismo, recordaba que el marxismo de Hobsbawm estaba tamizado de un cierto relativismo y que fue coherente hasta su muerte sabiendo distinguir entre el oficio de historiar y sus deseos o creencias ideológicas.

lunes, 1 de octubre de 2012

ERIC HOBSBAWN HA MUERTO

© R. Gutièrrez / El País

El País, 1 octobre 2012

Consulta toda la información sobre el historiador en El País y nuestras reseñas o alusiones al historiador:
El historiador británico Eric Hobsbawn ha muerto hoy, a los 95 años, en el hospital Royal Free de Londres, tras una larga enfermedad, según ha informado su familia y publica el diario The Guardian. Nacido en Alejandría en 1917, formado en Austria y Alemania, profesor emérito de la Universidad de Londres es autor de Historia del siglo XX. 1914-1991, Guerra y paz en el siglo XXI y su autobiografía Años interesantes, entre otros muchos títulos, defendió el poder de las ideas de Marx para analizar lo que ocurre en el mundo actual.