lunes, 30 de abril de 2012

¿ROMANOS EN CANARIAS?

Reproducimos dos artículos de prensa sobre la aparición de restos romanos en las islas Canarias. En el primero se da cuenta de la realización de una excavación en un yacimiento arqueológico, donde han aparecido restos romanos, que podría interpretarse como un asentamiento estacional en el islote Isla de Lobos del archipiélago canario relacionado con "la extracción de la púrpura para su posterior comercialización en el Mediterráneo". 

El segundo artículo polemiza argumentando que la presencia de producciones romanas en las islas Canarias es un hecho demostrado e incuestionable desde hace un tiempo, situando el debate y el error "en seguir apostando, 'vendiendo' esa concepción 'elitista', 'occidental', 'mediterránea' de nuestra Prehistoria". Para José Farrujia los hallazgos no se explican tanto por poblaciones romanas sino por las poblaciones indígenas y "todo apunta (...) a que fueron las propias sociedades imazighen las que, tras su contacto con el África Romana, asimilaron algunos elementos de la cultura romana, introduciéndolos luego en nuestras islas".

Si bien es cierto, como se afirma en el segundo artículo, que solo la actividad científica permitirá caracterizar el asentamiento, no es menos cierto que el peso de la presencia romana, o, mejor, de producciones cerámicas romanas (véase nuestro artículo La cerámica romana de la plaça de Les Aules) por esporádica y temporal que sea, no puede hacerse recaer exclusivamente en la sociedad indígena. La investigación permitirá dilucidar si, efectivamente, se trata de un taller de producción de púrpura, en cuyo caso habrá que preguntarse por qué un producto de tan fuerte connotación cultural, social y política se realiza en el archipiélago, tan lejos del centro mediterráneo y tan lejos de las clases e individuos que hacían uso de prendas coloreadas con el preciado tinte. 

Sin caer en el mediterráneocentrismo denunciado de creer exclusivamente en una evolución lineal de una historia occidental, no es menos cierto que Roma consiguió unir en un mercado único una gran multitud de mercados locales y regionales (en expresión de M. I. Finley). Si, efectivamente, se producía púrpura en el yacimiento de la Isla de Lobos, es muy probable que la demanda fuera exógena al periférico mundo indígena canario y, por tanto, propiciado desde el centro del mundo de aquella época.

Será interesante seguir la evolución y los resultados publicados de las investigaciones del equipo dirigido por Carmen del Arco Aguila y, especialmente, el uso que de ellos se haga por unos u otros en la sociedad canaria.


Diariodeavisos.com, 25 de abril de 2012 

Yacimiento romano en la Isla de Lobos. © DA
El hallazgo casual de unos restos de cerámica y fauna marina ha permitido identificar indicios de la posible existencia de un asentamiento romano estacional en la Isla de Lobos. En la excavación ya se ha realizado un primer sondeo, después de que se localizaran restos que a priori presentaban un potencial muy importante.

La investigación se lleva a cabo gracias a la colaboración que mantienen el Cabildo de Fuerteventura desde su Departamento de Patrimonio Histórico y el Organismo Autónomo de Museos y Centros del Cabildo de Tenerife -en el marco de un convenio que ya venía funcionando desde hace doce años-, y a través del trabajo de un equipo científico dirigido por Carmen del Arco Aguilar, catedrática de Prehistoria de la Universidad de La Laguna (ULL), e integrado por las arqueólogas Candelaria del Rosario, Mercedes del Arco y Carmen Benito, del Museo Arqueológico de Tenerife, integrado en el propio OAMC.

Yacimiento romano en la Isla de Lobos. © DA
Este miércoles se acercaron a conocer de cerca el hallazgo el presidente del Cabildo majorero, Mario Cabrera, y el consejero de Recursos Humanos, Educación, Cultura y Patrimonio Histórico de la institución, Juan Jiménez, que departieron sobre la naturaleza de este descubrimiento con los miembros del equipo investigador.

Mario Cabrera señaló que, “ateniéndonos a las primeras hipótesis, nos encontramos ante un hallazgo ilusionante que ahora habrá que confirmar con estudios más detallados. Nuestra intención es consensuar con el Gobierno de Canarias la posibilidad de plantear una excavación más sistemática y en profundidad, puesto que significaría avanzar en una nueva clave interpretativa en la historia de Canarias”.

Por su parte, Juan Jiménez dijo que “el hecho de que se estén llevando a cabo trabajos de prospección arqueológica en Isla de Lobos a raíz del descubrimiento de determinados vestigios que apuntan a la época del alto imperio romano y que en este momento son meros test, indica que, en virtud de la presencia de claros procesos de extracto de púrpura procedente de determinados moluscos, se puede especular con la posibilidad de que estemos ante un asentamiento posiblemente estacional de población o destacamentos romanos. En todo caso, sí estaríamos ante la perspectiva de una línea de investigación que se lleva esperando desde hace muchos años en Canarias y que podría situar en Lobos el gran asentamiento romano que se esperaba en Canarias”. 

Como responsable de la investigación, Carmen del Arco Aguilar agradeció en primer lugar la coordinación que mantienen los servicios de Patrimonio Histórico y Medio Ambiente del Cabildo para la realización de los trabajos. La arqueóloga explicó como “por ahora son todo meras valoraciones, pero si se confirman con análisis mas detallados, estaríamos ante un hito importante para el mejor conocimiento de los poblamientos en Canarias, dado que hasta el momento no existen referencias de yacimientos con este tipo de actividad relacionada con la obtención de la púrpura al sur de Lixus” (noroeste de Marruecos).

Sobre los trabajos llevados a cabo hasta ahora, del Arco Aguilar indicó que “se han realizado estudios a modo de sondeos o catas para evaluar, primero, si existía el yacimiento, y segundo, para corroborar la importancia del mismo, y efectivamente esta primera aproximación ha confirmado que se trata de un descubrimiento importante”. 

También explicó del Arco que diversos investigadores como Pablo Atoche ya habían referenciado de la presencia de restos romanos en otros puntos de Canarias, pero este caso es especialmente llamativo por la diversidad de la cerámica hallada y por la actividad a la que estaría asociada, la extracción de la púrpura para su posterior comercialización en el Mediterráneo. 

Entre el material hallado en los sondeos previos a los que se refiere esta catedrática de Prehistoria en la ULL se encuentran con distintos tipos de cerámica -no sólo la utilizada para el transporte de materiales, sino también vajilla (terra sigilatta) de uso cotidiano-, fragmentos metálicos, restos de fogones, restos de cabras, un conchero de gran tamaño, restos de lapas, etc.

Por lo tanto, y a falta de un análisis más detallado, las primeras hipótesis indican la posibilidad de que los restos de cerámica encontrados en la Isla de Lobos sean de torno y, los concheros, de thais (un crustáceo del que se la púrpura, un tinte muy apreciado), de manera que su procedencia podría asociarse a un asentamiento de la época imperial Romana. 

Contextualizacion histórica 
Romanos y aborígenes 

En lo respectivo a la cerámica de torno, su localización es muy importante debido a que, si se confirma su cronología, se demostraría que en Canarias hubo desde una época muy temprana emplazamientos de pueblos que conocían su utilización y que de alguna forma convivieron o mantuvieron contactos con los aborígenes, quienes para la realización de objetos de cerámica recurrían a la elaboración a mano. 

Hasta ahora sí se habían localizado en Canarias de forma puntual otros restos de cerámica de torno relacionada con las culturas clásicas del Mediterráneo, pero la singularidad del yacimiento en Isla de Lobos radica en que la cerámica aparecería ya contextualizada en un emplazamiento concreto y con actividad también relacionada con la obtención de tintes para su posterior comercialización. 

Comercialización de la ansiada púrpura 

Los tejidos teñidos de púrpura gozaron de gran popularidad en todo el mundo antiguo, desde los fenicios hasta los romanos. Eran considerados objetos de lujo y signo de distinción social, hasta el punto de que el propio Estado controlaba su monopolio y se organizaban expediciones comerciales y militares en busca de los productos necesarios para su elaboración. También se establecieron bases en la costa africana atlántica para su extracción. Las costas de la denominada Mauritania-Tingitana tenían una potente industria de púrpura, por lo que debido a su cercanía con Canarias, se podría apuntar como teoría que también la tuvieran las Islas, donde ya los autores clásicos situaron los Campos Elíseos. 

En este sentido, cabe recordar que ya desde el I milenio a. de C. se desarrolló la expansión comercial desde el Mediterráneo oriental a cargo de pueblos navegantes como los fenicios y griegos, que buscaban fuentes de abastecimiento de materias primas y nuevos mercados para sus productos. Los conocimientos náuticos de estos pueblos para navegar en alta mar permitieron esta expansión.

Esta actividad se vio acompañada de numerosos viajes exploratorios o periplos que propiciaron el establecimiento de colonias y emporios fenicios en la costa atlántica, como los de Gadir, Lixus y Mogador, en donde se desarrolló una importante industria pesquera. La producción de garum (una conserva realizada a base de pescado) dio origen a una rica industria de salazón que era comercializada por todo el mundo púnico, griego y romano. Y que también podría ser otra de las justificaciones de la presencia romana en la Isla de Lobos. 

Las Islas Canarias, si se confirman las hipótesis iniciales apuntadas con localizaciones como la de Isla de Lobos, no fueron ajenas a este largo proceso comenzado desde el milenio I a. de C. que finalizaría con la crisis del Imperio de los s. III-IV d. C. y el posterior abandono de las factorías de salazones de la Mauritania Tingitana. 

En este sentido, la situación estratégica del archipiélago canario facilitó el establecimiento de las rutas comerciales de navegación atlántica. La gran riqueza en túnidos de las aguas del banco pesquero canario-sahariano pronto convertiría a las islas en una valiosa fuente de recursos pesqueros. La descripción de las Islas Afortunadas que Plinio extrae de la expedición de Juba II nos revela el conocimiento y la frecuentación del archipiélago desde la Antigüedad. Existen evidencias indiscutibles que confirman en las islas la presencia de poblaciones púnicas y romanas relacionadas con la explotación de estos y otros recursos naturales como la madera o el múrex, que propició el desarrollo de rentables industrias de tinte de púrpura en la Antigüedad. 

Crónicas de asentamientos en Lobos 

La Isla de Lobos también tiene un papel destacado en las crónicas de la Conquista de Canarias por los europeos, pero ya a comienzos del siglo XV. Tras la conquista de Lanzarote (1402), la expedición del normando Jean de Bethencourt regresó a la Península en busca de más refuerzos, dejando un destacamento al mando de su socio Gadifer de la Salle que se asentó en el islote de Lobos, que serviría de base para la posterior conquista de Fuerteventura.


Diariodeavisos.com, 26 de abril de 2012
José Farrujia

Se ha difundido entre los medios de comunicación la noticia sobre el hallazgo de un yacimiento romano en la isla de Lobos. La noticia se ha presentado, una vez más, y como viene siendo habitual por estos lares, antes del pertinente trabajo de investigación, del pertinente trabajo de laboratorio, de las pertinentes conclusiones fruto de la teorización y del apoyo de las dataciones absolutas. 

Desde la década de 1960 ya se viene hablando en Canarias… de la presencia romana en las islas (a partir de evidencias arqueológicas y no exclusivamente de las fuentes escritas). Por tanto, la noticia aparecida en prensa no debería sorprender, al menos a priori. Me remito a los textos de Blázquez o Álvarez Delgado, entre otros investigadores de esa época. 

No obstante, el gran error reside en seguir apostando, “vendiendo” esa concepción “elitista”, “occidental”, “mediterránea” de nuestra Prehistoria. La presencia de material romano en Canarias (ánforas, vidrio…) es un hecho hoy en día incuestionable. Así lo han puesto de manifiesto los hallazgos subacuáticos en aguas Canarias o las excavaciones en yacimientos como El Bebedero.

¿Pero quiénes son los responsables de la presencia de este material en las islas? Obviamente, los romanos no. Todo apunta, en función del conocimiento científico actual, a que fueron las propias sociedades imazighen las que, tras su contacto con el África Romana, asimilaron algunos elementos de la cultura romana, introduciéndolos luego en nuestras islas. Asimismo, tampoco deberíamos descartar la existencia de intercambios comerciales entre las sociedades indígenas canarias y gentes romanizadas procedentes del norte de África. Por este motivo, precisamente, la representatividad del material romano en los yacimientos, en comparación con el material de factura indígena, es muy pequeña. Es decir, hay muy pocos materiales romanos, frente al predominio de los materiales indígenas. Por tanto, el contacto existió pero no fue lo suficientemente intenso ni continuado en el tiempo como para generar una romanización de las islas, con presencia en el registro arqueológico de otros elementos como templos romanos, calzadas, acueductos, anfiteatros, etc., como sí sucedió en el Norte de África y en otros ámbitos del Imperio romano. 

Para la intelectualidad canaria “occidentalizada” y para los políticos de ciertas tendencias, sigue siendo más elitista, más enriquecedor, más interesante, insertar a Canarias en Europa, en la cultura del Mediterráneo, en definitiva, en la Historia Universal, a partir de la relación del Archipiélago con el Mundo Clásico. 

Hasta tanto la Arqueología no demuestre lo contrario, las Islas Canarias fueron pobladas por sociedades imazighen, procedentes del norte de África. Este sustrato amazigh explica la presencia de escritura líbico-bereber en todas las islas, así como de otra serie de manifestaciones culturales y mágico-religiosas propias de los antiguos amazigh. Asimismo, desde el punto de vista genético, un 55% de los linajes indígenas tienen sus homólogos más cercanos en el Magreb. 

La presencia de cerámica sigillata en el yacimiento de Lobos no debe sorprendernos, básicamente porque la denominada “Sigillata africana” se produjo en el África proconsular y Mauritania desde el siglo I al VII. En una primera fase (terra sigillata africana tipo A) solo se usaba para el comercio local, no siendo hasta la época flavia cuando comenzó su comercialización a gran escala.

martes, 10 de abril de 2012

LA PALABRA EN EL MURO

Ricardo González Villaescusa
Josep Vicent Lerma

Levante-EMV, martes 10 de abril de 2012

Las recientes noticias de prensa en torno a la aparición de pintadas de spray con el hashtag #primaveravalenciana sobre monumentos históricos valencianos, como las totémicas Torres de Serranos o las de Quart, como un ejercicio de rebeldía estudiantil, evocan el cometido de válvula liberadora de presiones sociales atribuida por uno de nosotros a ciertas frases irreverentes en el artículo "Elogio de la Blasfemia" (Levante-EMV, 28-11-10). Estos hechos nos han espoleado a ordenar informaciones y pensamientos en torno a la problemática de estas agresiones al patrimonio cultural de todos y a reflexionar sobre la necesidad ancestral del hombre de dejar huella física de su paso por espacios urbanos o edificios memorables.  

Al margen de los 10.000 graffitti inventariados en la sepulta Pompeya y de su carácter más o menos espontáneo, sin fines ni técnicas artísticas, merecen recordarse aquí como curiosos antecedentes en el tiempo, las pintadas a mano alzada en almagra del anagrama de los antiguamente habituales "vítores" universitarios con el nombre de los nuevos doctores, en su caso acompañados de la heráldica de las órdenes regulares de pertenencia, como la carmelita o la mercedaría, que amenizaban las paredes de piedra de numerosos templos y puertas fortificadas de las ciudades españolas. O las menos conocidas inscripciones cuartelarias bermejas de 1739-1740, descubiertas en el interior del noble salón columnario de la propia Lonja de Mercaderes de Valencia por su restaurador, el arquitecto Manuel Ramírez, convertida en vivac improvisado o cuartel de dos compañías de un regimiento borbónico de ocupación, tras el Decreto de Nueva Planta (Levante-EMV, 5-05-04).  

Acciones murarias, brocha en mano de pintura negra, que en pleno franquismo de los años sesenta en el Cap i casal, no lo olvidemos, treparon entonces de las manos de la militancia política clandestina a las fachadas de centenarias iglesias e históricos pretiles del río Turia con el legendario lema del incipiente nacionalismo lingüístico "PARLEM VALENCIÀ", precedido de círculo cuatribarrado –perpetuado en el agrio blanco y negro del fotógrafo Jarque- sin mayores remilgos patrimoniales de tirios y troyanos.

Casuística que, salvadas todas las distancias en cuanto a valoración social del patrimonio histórico-artístico y los enormes progresos experimentados a partir de los años de la Transición española por la legislación vigente en esta materia, especialmente la Ley 16/85 del Patrimonio Histórico Español (LPHE), nos permite colegir como aforismo o fulcro discriminante en cuanto a la legitimidad, ética o no, de estas expresiones parietales públicas, el de la existencia de un estado de derecho que garantice fehacientemente las posibilidades alternativas de expresión de todas las ideas, incluidas las incómodas de colectivos como el 15-M, mediante un libre acceso garantizado, sin mayores tutelas gubernativas ni intermediaciones distorsionadoras, de la ciudadanía a los medios de comunicación .  

Fotografía: La Razón
En el caso que nos ocupa los leves efectos dañinos sobre el patrimonio, han sido argüidos torticeramente para demonizar a la temible banda de "siete menores" presentados como reos de leso vandalismo patrimonial. Baste recordar como algún diario de provincias y otro, de alfabético titular, se apresuraron a tildar interesadamente de "radicales"  a los responsables de las susodichas faltas,  en una acuñada por H. G. Frankfurt "tergiversación engañosa próxima a la mentira", mientras que tal como se señalaba en estas mismas páginas en la crónica "Pintadas efímeras, pintadas duraderas" (Levante-EMV, 9-03-12), los rojos letreros "no nos vamos a rendir" de nuestra privativa y adelantada primavera, fueron objeto de un raudo y selectivo borrado mural por parte de las brigadas de limpieza, al tiempo que se eternizan durante meses los enormes letreros amarillos "Lily te amo" de los tajamares del desdoblado Puente del Real (1589).
Fotografía: Las Provincias

Por consiguiente y con independencia de las medidas cautelares que las administraciones están llamadas necesariamente a desarrollar en punto a la protección de nuestros patrimonio cultural inmueble, como la aplicación de revestimientos parietales de pintura antigraffiti, no podemos concluir esta modesta aproximación, sin recordar los escenarios de las protestas estudiantiles recreados en la obra del pintor Julián Pacheco con el alegato de fondo de Mario Benedetti: "… si los censores clausuran la prensa independiente, si los canales de comunicación son destruidos, siempre habrá muros, esquinas, patios, afiches, plataformas, parroquias, sótanos, azoteas donde escribir o decir la verdad. Después de todo, si llegamos a una situación en que la verdad no puede ser difundida por los medios mecánicos, siempre nos queda la tracción a sangre".

martes, 3 de abril de 2012

ANALIZAR Y MODELIZAR LA OCUPACIÓN DE LOS ESPACIOS COSTEROS

Una faceta poco abordada en arqueología espacial es la modelización de los asentamientos de las costas. Reproducimos el programa del seminario del CEPAM.

Analyser et modéliser l’occupation des espaces côtiers : Approches pluridisciplinaires 

Séminaire Dynapp : Vendredi 13 avril 2012, 14h00-18h00 Pôle Saint-Jean d’Angély 3, salle plate

L’objectif du séminaire est d’examiner à travers des études de cas comment les modes d’occupation et de gestion des sols s’adaptent, durant le 1er millénaire av. n. è. jusqu’au Moyen Âge, aux milieux géographiques particuliers que sont les espaces côtiers et à leurs ressources, particulièrement (mais pas seulement) en Méditerranée occidentale, dans les mondes indigènes, phénico-puniques, grecs, étrusques et romains. Cette problématique implique de porter une grande attention aux modes de peuplement en rapport avec le paysage littoral et le climat et d’en évaluer les éventuels effets réciproques. Cette approche permet non seulement de proposer des restitutions de portions de côtes où les données humaines et les données des paléopaysages sont réunies (le plus souvent, pour la première fois), mais aussi de définir les variables physiques et socio-culturelles qui ont pu conditionner l’occupation humaine.

À terme, le projet ambitionne d’élaborer un modèle spatial de l’occupation des zones d’interface terre/mer permettant d’appréhender les facteurs privilégiés par les implantations littorales. Il sera également attentif à décliner les différents types d’occupation (emporion, ferme, atelier, villa, village, ville, port, etc) en rapport (ou non) avec l’exploitation des ressources maritimes. Les milieux de migration humaine (dans le cadre de la "colonisation" phénicienne et grecque, ou bien de la conquête romaine) seront des milieux propices à l’étude mais on les dépassera en vue d’élaborer un modèle global d’occupation. On examinera également quels critères de choix (ou de non choix) apparaissent dans les sources littéraires antiques afin de savoir, à partir des données archéologiques, dans quelle mesure ces critères étaient mis en pratique lors de l’implantation d’un établissement.

Ricardo González Villaescusa 
Laurence Mercuri 
Frédérique Bertoncello 

Introduction au séminaire

- Ricardo González Villaescusa - Université de Nice-Sophia Antipolis-CEPAM
 
Pronoia et dessein, le « diagnostic » des occupations côtières dans l’Antiquité 

 - Pilar Carmona - Université de Valencia (Espagne)

La construction des paysages des plaines alluviales côtières méditerranéennes. Une approche depuis la géomorphologie et la géoarchéologie

Lixus (Maroc)
Résumé : 

Les archéologues se tournent vers les sciences de la terre pour comprendre le contexte environnemental des sites archéologiques et les chercheurs des sciences de la terre ont recours aux archives géoarchéologiques pour comprendre les modifications environnementales, c’est-à-dire la construction du paysage.

L’approche de l’occupation des plaines côtières dans des contextes de colonisation phénicienne, punique, romaine ou islamique sera faite à partir des recherches de l’auteur : Torre la Sal, Sagunto, Valencia, Sucro, Guadalhorce (Espagne), Lixus (Maroc) Tyr (Liban), Terralba (Sardaigne), où certains modèles géomorphologiques peuvent être mis en rapport avec des formes d’occupation et d’exploitation du sol.

- Xavier Lafon - Université de Provence - Aix-Marseille 1

Localisation des villas littorales en Italie : sites privilégiés, sites occupés du 2e siècle avant J.-C. au 2e siècle après J.-C. 

Représentation d’une villa maritima sur
enduit peint (Castellammare di Stabia).
Résumé : 

L’aristocratie romaine investit énormément à la fin du IIIè siècle av. J.-C. dans les villae maritimae : ces grands bâtiments qui surplombent les côtes de façon monumentale, sont faits pour être vus depuis la mer. Au Ier siècle avant J.-C., se développe l’aspect intensif de l’occupation de la mer et des lacs et la densité de maisons littorales est telle que l’on a l’impression d’une véritable saturation de l’espace entre Rome et Naples.

La frénésie spéculative est telle qu’une compétition entre grande et moyenne noblesse pour savoir qui a le droit de jouir de la "vue de la mer", le prospectus, mais aussi de profiter de cette activité rentable qu’est devenue l’exploitation de celle-ci. La baie de Naples, chasse gardée de la vieille et très grande noblesse, voit peu à peu son littoral céder sous la pression des parvenus. Un aspect essentiel est en effet l’augmentation très forte de la demande des établissements et la nécessité (?) de s’adapter à des sites appartenant à une typologie de plus en plus large. L’auteur se concentrera principalement sur les villas véritablement maritimes du littoral tyrrhénien.