martes, 28 de junio de 2011

SOBRE ARQUEOLOGÍA, GENES Y OTRAS MILONGAS...

No podemos dejar de pasar la oportunidad de comentar tres noticias casi simultáneas en el tiempo. Algo nuevo sobre Pere el Gran, un estudio antropológico y genético sobre los reyes de Aragón y el desciframiento del nombre de Jacob en el sepulcro del apostol Santiago.

No queremos ponernos demasiado trascendentes, aunque sí destacar que en dos casos se trata de estudios realizados a instancia de los gobiernos autonómicos. Que siguen siendo datos que, al menos en el estado actual de la noticia, completamente irrelevantes para el conocimiento histórico útil. Entre otras cosas porque, en el caso de la noticia sobre el apostol, no creemos que vaya a incrementarse la fe de los que peregrinan al lugar, como tampoco se vendría abajo la de los fieles que creen que los restos del apostol yacen en el subsuelo de la catedral.

Otra cosa que parece sospechosa es que no se haya leído todavía el nombre de Jacob en el exterior del sepulcro y hayamos tenido que esperar a 2011 para que alguien lo lea. Alguien que, por otra parte, y con sencillas búsquedas en Google o Dialnet no aparece asociado a publicaciones de filología hebráica, sino más bien relacionado con publicaciones de filosofía o teología (salvo error de homonimia). Semejante descubrimiento verá la luz en una publicación que será coordinada por el profesor asociado del Departamento de Teología Dogmática (sic) Piotr Roszak a quien en google books ni lo conocen pero que bendijo una talla del apóstol Santiago con ocasión de la Jornada sobre el Camino de Santiago que se celebró en Szafarnia (Polonia)  coincidiendo con el 700 aniversario de la erección de la iglesia del apostol, seguida de un simposio en la Universidad de Torun...

Ya, ya sabemos que se nos acusará de que mezclar las tres noticias no es de recibo. No obstante, estamos convencidos de que aunque detrás de cada noticia se encuentren equipos de diferentes valías, existen hilos conductores de los que ya hemos hablado en este blog: geopolítica, legitimación, control científico... Retratado por uno de nosotros en clave de humor en ¡Es la arqueología, estúpido!. No dudamos de los equipos que han trabajado en Aragón o en Cataluña, mientras que sí que albergamos algo más que dudas del pedigree científico de los descubrimientos apostólicos, pero tenemos la certeza de que las preguntas formuladas que dan lugar a estas investigaciones son improcedentes y, por buenas que sean las técnicas, métodos y profesionales puestos en marcha para responderlas, los resultados son, como decimos, irrelevantes.


Pere el Gran se teñía

El País, martes 21 de junio de 2011

Imagen: El País
Pere el Gran (Pedro III de Aragón, El Grande) se teñía y Blanca de Anjou sufría de juanetes (...) Ahora se ha revelado que ciertas alteraciones articulares en vértebras y costillas apuntan a un esfuerzo relacionado con el dominio de las riendas del caballo, algo que a un rey caballero se le supone. Pere presentaba un tumor cerebral benigno, probablemente asintomático. No está claro qué lo mató, pero todo apunta a una enfermedad inflamatoria o infecciosa pulmonar, quizá tuberculosis. Los análisis químicos de los pelos de la barba han permitido identificar la presencia de apigenina genisteina, producto procedente de la retama y utilizado históricamente para teñir -pillín monarca- los cabellos de rubio. En cambio, los de la cabeza los llevaba afeitados, parece que tras la muerte. Se ha determinado que el rey fue vestido inicialmente para su entierro con sarga de lana: se descarta, por su calidad, que se tratara de un hábito de monje. Bajo la cabeza le colocaron un cojín de seda carmesí relleno de plumas... [seguir leyendo y no se pierdan la kafkiana discusión en los mas de 300 comentarios que provocó la noticia] 


Identificado el gen de los reyes privativos de Aragón

Web del Gobierno de Aragón, miércoles, 22 de junio de 2011

Presentación del estudio sobre los reyes de Aragón.
Gobierno de Aragón

El Estudio antropológico y genético realizado por el Gobierno de Aragón, la Universidad de Zaragoza e Ibercaja confirma, entre otras cosas, la identidad de Ramiro II.

Los resultados del proyecto avalan una revisión de la historia de la organización de las monarquías y del papel de la mujer en las mismas (...) Los resultados del estudio identifican el gen real y sugieren la presencia de Ramiro I en el Panteón real de San Juan de la Peña. Asimismo, confirma la presencia de las tres hijas y la madre de Ramiro I en el sarcófago de Doña Sancha del Monasterio de las Benedictinas y la identidad de Ramiro II. Todo apunta a la identificación del monarca Alfonso I... [seguir leyendo]


Descifran el nombre de Jacob en la tumba del Apóstol

El Correo Gallego, sábado, 25 de junio de 2011

Sitio web del Departamento de Teología Dogmática
Universidad de Navarra 
Un profesor de Navarra realiza este revelador hallazgo histórico en el sepulcro. Junto a la inscripción aparece la palabra 'martir' (...) Enrique Alarcón afirma que ha descifrado la palabra Jacob, es decir, Santiago, escrita en el sepulcro que alberga las reliquias del Apóstol en la Catedral de Santiago. La inscripción, explica, está realizada en caracteres hebreos que se pueden datar en el siglo I después de Cristo.
Este nombre de Santiago en hebreo aparece entrelazado con la palabra griega martyr, que literalmente quiere decir testigo, y que Alarcón vincula con la celebración de la fiesta cristiana de Pentecostés.
Según explica, el rótulo objeto de estudio, que ya había sido descubierto por un investigador gallego, Isidoro Millán, hace más de dos décdas, "tiene una simbología muy rica, que se corresponde con las inscripciones sepulcrales que se conservan en el primitivo cementerio judeocristiano de Jerusalén"... [seguir leyendo]

jueves, 16 de junio de 2011

DE NUEVO CON LA CRISIS INMOBILIARIA Y LAS CONSECUENCIAS EN LA ARQUEOLOGÍA

Nos hacemos eco de esta noticia que viene a insistir en el negativo condicionamiento de la actividad arqueológica y patrimonial con la del sector de la construcción

Cae un 70% la actividad de arqueólogos por la crisis

Europa Press, 12 de junio de 2011

El presidente de la Asociación Profesional de Arqueólogos de la provincia de Huelva, Jesús de Haro, considera que la actividad del sector ha caído alrededor de un 70% con respecto a hace cinco años, antes del comienzo de la crisis, ya que la actuación de este gremio iba en paralelo a la actuación inmobiliaria por imperativo legal, debido a que muchas obras requerían un estudio arqueológico.

En declaraciones a Europa Press, ha explicado que los arqueólogos padecen desde el comienzo de la crisis inmobiliaria "una inexistente" actividad debido principalmente al declive en el sector privado que ha llevado parejo una progresiva caída de la obra privada y por tanto los estudios arqueológicos que deben realizarse, sobre todo si realiza la actuación en el casco urbano, ya no se llevan a cabo.

En este sentido, De Haro ha remarcado que su situación se ha ido agudizando conforme se ha ido agravando la crisis como consecuencia de su relación con el sector de la construcción.

Por ello, ha incidido en la "alta" tasa de desempleo que se registra en este gremio debido a la caída del ámbito privado, así como ha señalado que otro de los factores que han afectado su situación han sido "los recortes presupuestarios" en materia cultural, de protección y puesta en valor del patrimonio histórico. "Se encarga la mitad de lo que se hacía antes" en el sector público, ha agregado De Haro, que ha afirmado que estos recortes también han sido palpables en los proyectos de investigación universitarios.

Ante esta complicada coyuntura, el colectivo apuesta porque se faciliten las ayudas a las pymes y los autónomos --la mayoría se aglutina en este perfil--, a la par que ha hecho hincapié en la importancia de que se conciencie a la población de que la inversión en la arqueología puede ser "rentable".

"Muchos piensan que la arqueología es una actividad secundaria, pero el conocimiento del pasado puede ser un valor al alza", ha enfatizado el representante del sector en Huelva, que se ha mostrado convencido de que los yacimientos y el patrimonio arqueológico suponen un atractivo para el turismo.

En su opinión, una de las opciones para encarar el futuro es fomentar la inversión público-privada para que se lleven a cabo actuaciones, como la valoración de yacimientos o restauración, entre otras actividades, pero para todo ello es "necesario" el apoyo de las administraciones públicas a nivel local, provincial, regional e incluso estatal.

Un patrimonio "muy rico"
Respecto a la provincia de Huelva, ha destacado que se trata de un territorio "muy rico" en este sentido, ya que hay restos desde hace 5.000 años "de todas las épocas", pero "no se conoce todo el valor de nuestro pasado", ha lamentado.

De Haro considera que en ocasiones se han llevado a cabo "verdaderas aberraciones patrimoniales". En este sentido, ha puesto como ejemplo la situación acontecida en la Plaza de las Monjas de la capital, donde no se habrían valorado los restos hallados. "La pasividad de las administraciones, heredada generación tras generación, es otra de nuestras facetas de lucha que perjudican nuestra imagen como colectivo profesional ya que suelen enfrentarse públicamente y manipularnos cada vez que tenemos que tratar ante ellas de defender el Patrimonio de todos", ha enfatizado.

"Tenemos un patrimonio histórico-arqueológico muy rico, y mucho se conoce al hilo de la construcción, pero no se ha fomentado desde las administraciones la investigación. De ahí viene la dependencia excesiva que se ha producido de la construcción, que era lo único que daba trabajo", ha explicado.

Creación de sinergias
Por otro lado, De Haro ha incidido en que la actividad arqueológica, lejos de los que muchos piensan, genera sinergias y por tanto riqueza para otros sectores como las empresas de suministros del material, las copisterías técnicas, empleos en el ámbito de la topografía, en la geología o en la arquitectura.

La Asociación Profesional de Arqueólogos de la provincia de Huelva, constituida en 2005, cuenta con unos 40 asociados, de los cuales una docena en los últimos tres años han dejado la profesión por la complicada coyuntura y han tenido que optar por la búsqueda de empleo en otras cuestiones. Debido al "desánimo" por la situación actual la asociación apenas realiza actividades, como ha expresado De Haro, que ha destacado que en la misma están presentes distintas facetas de la profesión como arqueólogos de empresas privadas, municipales o investigadores.

Valoración de las empresas
Por su parte, según han informado a Europa Press desde el grupo Ánfora (empresa dedicada a la gestión y difusión del patrimonio), las actuaciones de este colectivo han dejado de centrarse en la iniciativa privada para dar paso a "la escasa" oferta pública, que puede dirigirse a la vigilancia de las obras de los dragados, a la puesta en valor del patrimonio o bien a la elaboración de proyectos museísticos.

No obstante, en el ámbito privado, los trabajos giran en torno a la consecución de líneas eléctricas y la construcción de parques eólicos, ya que en ambas actuaciones es preciso un estudio arqueológico.

En esta misma línea se han expresado desde el grupo Girha que han apuntado al aumento del desempleo en este sector, porque en muchos estudios de arqueología sólo se han quedado trabajando los socios de los mismos, así como ha incidido en la dificultad de los autónomos para conseguir alguna ayuda de las administraciones.

viernes, 3 de junio de 2011

ARQUEOLOGÍA Y CRISIS

Adjuntamos el siguiente texto de Desiderio Vaquerizo tanto por su evidente oportunidad como por su continuidad con la anterior entrega  Arqueología somos todos

Desiderio Vaquerizo Gil

Diario Córdoba, Viernes 3 de Junio de 2011

La historia reciente de la arqueología andaluza comienza con la transferencia de competencias en materia de Patrimonio Histórico desde el Gobierno central a la Comunidad Autónoma, a mediados de los pasados años ochenta. Hasta ese momento, había sido el Museo Arqueológico, de la mano de su directora, Ana M Vicent Zaragoza, el único garante de la recuperación y conservación patrimonial en nuestra ciudad, con más índice de fracasos que de éxitos. Aun así, buena parte del escaso legado material que hoy conservamos fue exhumado en aquella etapa, por lo que la balanza se desequilibra dramáticamente en nuestra contra.

Tras asumir toda la responsabilidad al respecto, la Junta de Andalucía crea, en el marco de la Consejería de Cultura, la Dirección General de Bienes Culturales, e inicia una nueva línea legislativa en materia arqueológica que desde sus primeros balbuceos pretendió ser (y fue) innovadora, ante lo cual el mundo de la investigación creyó iniciada una etapa diferente, abierta a nuevos planteamientos y rigurosa en todos sus niveles.

Sin embargo, a partir de ese mismo momento, y en coincidencia sustancialmente con el periodo álgido del boom inmobiliario, se inició también una actividad excavadora frenética gobernada por la improvisación, que puso patas arriba y con las tripas al aire a la inmensa mayoría de nuestras ciudades históricas, removiendo un volumen de tierra sin precedentes, en más de una ocasión sin verdadera necesidad (debido, entre otras razones, a errores gravísimos de planificación), sin las suficientes garantías de calidad en bastantes de los proyectos de intervención, las intervenciones mismas y las memorias de resultados de éstas, y, casi siempre, sin un plan adecuado de conservación, protección y divulgación de los restos. Algo terrible desde el punto de vista del conocimiento, pero que permitió el desarrollo de una nueva clase de profesionales: los arqueólogos urbanos o de urgencia, agrupados habitualmente en empresas, cooperativas o sociedades, que empezaron a proliferar en la misma medida en que se desarrollaba el mercado inmobiliario. Durante algo más de una década la cosa funcionó: se movía muchísimo dinero, las obras públicas y privadas alcanzaban dimensiones pocas veces vistas, la ciudad se extendió hasta límites sólo superados en época califal, y el mercado arqueológico se convirtió en el principal marco de inserción laboral para cientos de recién licenciados que accedían a él sin grandes exigencias de cualificación. Mientras, algunas instancias sociales, reforzadas por los medios de comunicación, se empeñaban en hacer de nuestros archivos del subsuelo la principal rémora para el desarrollo urbanístico, provocando entre la ciudadanía un rechazo explícito que se convirtió para muchos en la justificación moral que necesitaban. Primaban las prisas sobre la planificación, la inmediatez sobre el sosiego, el método sobre la ciencia, excavar sobre hacer historia, lo crematístico sobre la deontología, la parte por el todo. Y así nos fue. Hoy, de la innumerable relación de intervenciones arqueológicas realizadas entre 1985 y 2010 son pocas las que pueden considerarse lecturas estratigráficas realmente científicas; menos aún las que han visto la luz, o han servido para la resolución de un problema arqueológico concreto. Y de aquella inmensa pléyade de profesionales dedicados a la Arqueología en cualquiera de sus facetas, solo consiguen perseverar unos pocos, mientras el resto se han visto forzados a tomar nuevos derroteros.

Con la burbuja inmobiliaria estalló también la burbuja arqueológica, y nada volverá a ser como antes. Lo han entendido las Administraciones, y lo están sufriendo en carne propia quienes pensaron un día que podrían ganarse la vida en este campo. Por desgracia, serán pocos los que en el futuro podrán hacer arqueología urbana, sencillamente porque serán pocas las obras; pero, en cualquier caso, si llegara a producirse una situación similar a la vivida, cosa que dudo, hago votos por que no caigamos en los mismos errores ni en la misma falta de previsión.

Mientras tanto, quienes quieran desarrollar su carrera como arqueólogos habrán de reinventarse. ¿Cómo...? Mediante la formación sostenida, el compromiso con la realidad patrimonial inmediata, la internacionalización, el incremento de la investigación sobre el trabajo de campo, la imaginación, la versatilidad, la polivalencia y la solvencia.

No hay más vías, en una sociedad gobernada por la ausencia de valores que se niega a dar paso a los más jóvenes, que se mueve entre la falta de trabajo y la precariedad laboral, que no sabe qué hacer consigo misma.

Miren alrededor y no tendrán dificultad en percibirlo, porque los problemas indicados cobran especial dramatismo en Córdoba, y es obligación de todos marcar la senda a quienes han de sucedernos en el tiempo. Aprendamos, en definitiva, a rentabilizar nuestro pasado como recurso: histórico, patrimonial, económico, y quizá así logremos transmutar en futuro lo que hoy es solo desesperanza.